jueves, 6 de septiembre de 2012

LLUEVE


Llueve,
llueve demasiado
y se que el agua
no disolverá mentiras.

Sigo intentando vivir mientras llueve,
viviendo como el que oye llover,
espectador mojado.

Demasiadas lágrimas azules
desgastando la baldosa,
esa baldosa que chilla
cuando repercute incesante
en ella el lloro derrochado.
Caen tiras avinagradas de piel gris
que no bañan ningún campo,
no salieron a regar,
sólo a molestar.
Sólo quieren empaparnos,
desengañarnos,
trazar círculos temblorosos en la superficie
donde nos encierran los que nunca se mojan.

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