lunes, 21 de marzo de 2011

¿SILENCIO?


Intenté estarme callado
o al menos ser invisible
y si no consiguiera eso
al menos poner en mute lo que quiero ser:
los cánticos, la alegría inducida; peor aún,
nuestra felicidad innata, las quejas tontas,
los intentos de tarareos de Tchaikovsky
o simplemente los abrazos cráneo contra cráneo.

Casi me convencen

Arranqué de las hojas del inexistente diario las disculpas desinfladas
el despotismo imbécil de los vampiros de la autoestima
los inútiles agobios disfrazados de tremendismo
la desidia cuando viene sin que la invite.

-Guarda silencio que lo dice la convención
Silencio… ¿por qué?

El silencio sonará más que la traca final del Apocalipsis
porque me fijé en los geranios rosas en maltrechas macetas
en tu hombro izquierdo o en tu pupila derecha de miel
en los rayos que rebotan y me queman la cara
en fin… creo que ya vi claro qué es la vida
Hacer que el silencio suene más que la traca final del Apocalipsis

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