Levántate, pisa firme, sonríe,
llora a tiempo y vuelve a sonreír
antes que llegue el estúpido momento en que te digan:
levántese, pise firme… y te sigan tratando de usted.
Fíjate en el sol naciente o en el cuarto de luna menguante
¿despertador? Qué sabrá él si nunca sonó cuando quisiste
Cálate en charcos marrones, nunca te ciñas,
saluda alegre sobre el decoro, cógete donde puedas
y salta en pértiga sobre todo aquello que ni nombramos
porque no se lo merece.
Oye manecillas ¿sigues ahí?
descansa un poco que te dejamos y te lo aconsejamos
¿Señor? ¿me dice a mí?
Perdone, yo sigo en los charcos
tampoco vendéis nada mejor.