A esta sociedad hay que lavar la cara
con un sucio y mohoso estropajo
que limpie la cera en los oídos
y ensucie la nada en los cerebros, estratégicamente cubiertos,
por orejeras y gorras exquisitas expuestas en escaparates anarcocapitalistas
Bombo-caja a fuego, guitarra bailarina al compás de la lija
a veces cerda, a veces linda…
bajo penetrante, voz irritante
prendiendo sobre alfileres, columnas, pilares universales
las verdades, todas las verdades, nada más que las verdades
para recomponer los ojos desfigurados por los nubarrones de buitres carroñeros
que trajeron la tormenta infinita
Asómate si quieres pegar con el alma en el techo
a no ser que quieras seguir ahí, a no sé cuántos metros bajo el suelo…
¡Vete a seguir enterrándote!
aquí donde nos ves, sudando y a codazos
estamos mil veces más vivos
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